sábado, 19 de septiembre de 2009

Rey del Pop

Caballeros,
de ley es tratar como nobles a los que poseen nobleza.



El rey ha muerto. Viva el rey.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Una cita de Borges

¿De qué otra forma se puede amenazar que no sea de muerte? Lo interesante, lo original, sería que alguien lo amenace a uno con la inmortalidad.  --  Jorge Luis Borges

El maestro está, como siempre, sencillamente extraordinario. La idea que propone es prácticamente un juego de palabras y, como tal, no uno especialmente bueno. Él lo enuncia con naturalidad, como quien cuenta un chiste; pero lo enuncia. Deja la idea. Permite que ésta crezca, que sea la imaginación del lector la que la dote de alas o la deseche por petulante o insignificante. Es posible que él mismo no la considerara una frase digna de citarse. Quién sabe.

Pero a mí, personalmente, la sola idea de esa ficción me pone los pelos de punta. No consiste en imaginar una ficción en que la inmortalidad sea posible; no consiste siquiera en plantearse si la inmortalidad es deseable o si, como muchas veces se ha pensado, acaba convirtiéndose en una carga intolerable. Consiste en imaginar que el poder de darla resida en manos de un hombre, y que este hombre, convencido de que es una maldición más que una bendición, amenace con ella a sus enemigos: les amenaza no con un castigo concreto, sino con la imposibilidad de terminar. "Es irrelevante", piensa, "lo que hagan con su tiempo. Tarde o temprano simplemente querrán acabar", y ésa es la posibilidad que él les niega. Un castigo propio de un dios griego. Un castigo en el que quepan todos los castigos. A su lado, la idea de simplemente matar a alguien parece ridículamente infantil.